jueves, 30 de octubre de 2008


R.MADRID 77 - PARTIZAN 81
El pabellón Pionir celebró la primera victoria sobre el Real Madrid después de despedirle como ganador en otras doce visitas con un encuentro paradigmático para los blancos, avasallados en la pintura durante la primera parte y agarrados al coraje y a los pocos hombres que le mantienen a flote (Sergio Llull, Felipe Reyes y el estadounidense Quinton Hosley) para intentar el milagro en la segunda parte.El Real Madrid nunca había perdido en el pabellón Pionir, una de los feudos históricos de la canasta europea. Sumaba una docena de presencias sin perder. Pero el talento parece surgir de una fuente inagotable a orillas del Danubio. Los grandes clubes se acercan todos los años para fichar a jugadores jóvenes y con proyección. El Partizan los sustituye como piezas de dominó.Los títulos no llegan porque no les dan tiempo a consolidar un proyecto. Pero el carácter, el ambiente de la grada y todo lo demás permanece inmutable. El Partizan hizo un retrato perfecto del Madrid. Le sacó de la zona en la primera parte cogiéndole diez rebotes ofensivos, algunos sonrojantes, y bombardeándole desde el perímetro.El descanso dio un respiro al bloque dirigido por Joan Plaza con unas estadísticas sorprendentes: seis de doce triples y veintiocho rebotes para los de casa (10 ofensivos) por cero de cinco triples y once rechaces (3 defensivos) en las cuentas del cuadro español.Al Real Madrid le salvaron la cara Sergio Llull -diecinueve puntos-, sensacional por inteligencia, efectividad compromiso y generosidad para el equipo; Felipe Reyes, que enseguida tuvo que salir para frenar las opciones que el enorme Slavko Vranes (2,29 metros) abría en la zona ante el griego Lazaros Papadopulos; y el estadounidense Quinton Hosley (14 puntos).

No hay comentarios: